miércoles, 27 de noviembre de 2019

El veto presidencial a una Ley


El veto presidencial a una Ley

Paúl Antonio Coca Suárez Arana

En un país donde existe independencia de los Órganos del Estado, hay equilibrio entre ellos, dándose un sistema de pesos y contrapesos en el poder. El Congreso Nacional (en Bolivia, Asamblea Legislativa Plurinacional), es quien aprueba (sanciona) una Ley.

Dentro del procedimiento parlamentario, dicha norma jurídica es remitida al Órgano Ejecutivo para su promulgación y puesta en vigencia. Será de cumplimiento obligatorio cuando sea publicada en la Gaceta Oficial.


Sin embargo, dentro del sistema de pesos y contrapesos de los Órganos del Estado, existe una figura que la cabeza del Ejecutivo (Presidente) puede emplear por más que una Ley haya sido aprobada por 2/3 o por unanimidad en el Legislativo, llamada VETO (latín, que significa “yo prohíbo”), que es la facultad presidencial de frenar la promulgación de una Ley, por considerarla impertinente o inconstitucional.

Esto implica que, por más fuerza que tenga un partido en el Legislativo, el Presidente tiene su amparo legal. Las Cámaras se reunirán en Asamblea Legislativa Plurinacional para considerar las leyes vetadas por el Ejecutivo, señala el art. 161, num. 4 de la CPE.

El art. 163 de la Constitución se refiere al procedimiento legislativo, e indica que la Ley sancionada por el Legislativo y remitida al Ejecutivo, podrá ser observada por el Presidente en un plazo de diez días hábiles desde su recepción, y que esas observaciones se dirigirán al Legislativo (num. 9); que si éste Órgano considera fundadas las observaciones, modificará la norma y la devolverá al Ejecutivo para su promulgación, pero que si considera infundadas las observaciones, la promulgación estará a cargo de la cabeza del Legislativo, y que las decisiones se tomarán por mayoría absoluta de sus miembros presentes (num. 11).

También existe la figura de la promulgación supletoria, que es cuando en esos diez días, la cabeza del Ejecutivo no veta la Ley, pero tampoco la promulga, por lo que su puesta en vigencia, corresponde al Presidente del Legislativo (num. 12).

La gran interrogante que, en estos instantes, tenemos, es saber si el Ejecutivo vetará la “Ley Extraordinaria para reafirmar el ejercicio de los derechos y garantías del pueblo boliviano”, el cual busca impedir que Evo Morales y Álvaro García Linera sean juzgados en la Jurisdicción Ordinaria. A breve plazo, tendremos la respuesta.


Curar las heridas de la democracia para reconstruir el país


Curar las heridas de la democracia para reconstruir el país




Veintiún días se necesitaron para que la sociedad boliviana, encabezada por el movimiento cívico nacional, en particular por el Comité pro Santa Cruz, consiga alejar del poder al hombre que le había robado el voto el 20 de octubre a través de un “fraude monumental” que fue confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA). Ahora, el objetivo es reconstruir el país que quedó después de que la nación estuvo paralizada y un nuevo Gobierno, encabezado por Jeanine Áñez, se ha puesto el objetivo mayor de llamar a elecciones nacionales lo antes posible.

Para el abogado Paúl Antonio Coca Suárez Arana, reconstruir Bolivia es una dura tarea que debe ser fruto del consenso y no de la imposición. “Las divisiones entre bolivianos es notoria, entre los que quieren a la wiphala como símbolo patrio, y los que no; oriente y occidente, área urbana y rural; masistas y no masistas. Se tienen que generar mesas de diálogo entre los actores que vayan generando una serie de pre acuerdos fruto del consenso.

Esos espacios de diálogo deben ser participativos y con interlocutores válidos”, dijo el analista, para quien estos espacios deben desembocar en una Asamblea Constituyente, donde se realice un verdadero pacto social, que retome lo que se dejó pendiente en 2006.

“La Asamblea Constituyente de Sucre era el lugar donde se debía cerrar todas las heridas históricas del país, pero no fue así, ya que lo político primó, no el consenso entre las regiones y sus actores. Las elecciones no serán solución a los problemas del país, sino un medio para tener autoridades. Sin embargo, la Constituyente debe convocarse cuando el país esté preparado, no al calor de cálculos políticos”, recomendó.


La Bolivia que se tiene y la que se viene


La Bolivia que se tiene y la que se viene

Paúl Antonio Coca Suárez Arana

A raíz de los últimos acontecimientos que ha atravesado el país, se han generado nuevas heridas y profundizado las ya existentes. Nuestro país no volverá a ser el mismo de antes, en términos políticos y sociales, principalmente.

Debemos reconocer que las “soluciones” que se han dado, son políticas y coyunturales, las cuales no dejarán contentas a todas las personas y sectores; algunos mostrarán satisfacción, y otros no. A fin de cuentas, no estamos hablando de que se haya realizado un gran pacto o acuerdo nacional que, a mediano plazo, debería realizarse.

La situación nos ha demostrado que existen elementos del Estado Plurinacional que no pueden ser borrados, como el tema de la whipala, que ha llevado a muchos sectores a las calles buscando el desagravio de la misma, y que ha servido de excusa para otro tipo de protestas; asimismo, ha salido a flote el componente indígena que no quiere perder derechos adquiridos en la gestión de Evo Morales, y que, aunque dejasen de respaldar a éste, seguirán con la idea de la plurinacionalidad adquirida desde 2009.


Existen temas de suma urgencia que deben ser tratados a la mayor brevedad posible, como el normal funcionamiento de la Administración Pública, el tratamiento de leyes pendientes, designación de nuevas autoridades del Órgano Electoral Plurinacional y, sobre todo, la convocatoria a nuevas Elecciones Generales, con presupuesto para tal efecto, en el entendido de que si no hay recursos económicos, nada se puede realizar.

Precisamente allí es donde el Movimiento al Socialismo lleva ventaja, ya que posee 2/3 del Órgano Legislativo y tiene fuerza en las calles; este aspecto no se puede desconocer y si bien algunos se están desmovilizando para la tranquilidad y paz social, los más radicales continuarán con las medidas de presión en las calles y carreteras. Si algo ha realizado el MAS en el poder, es fortalecer vínculos con áreas rurales y periurbanas, donde allí posee fuerza.

No debemos desconocer que el MAS todavía posee presencia en el país, y no dejará pasar cualquier situación para hacer lo que mejor sabe: presión en las calles y manejar los 2/3 del Legislativo de manera tajante. Y, por supuesto, no es menor el detalle de que Evo Morales sigue siendo el líder del partido, que continúa llamando a sus adeptos, y éstos obedeciéndolo.

Hay que entender que las venideras elecciones no serán la solución a los momentos de crisis y tensión que estamos atravesando; que el convocarlas, será un duro proceso; que el MAS tiene 2/3 del Legislativo y va a buscar imponerse. Es por eso que deben terminar las consignas partidarias, y que oficialistas y opositores piensen en el país antes que en intereses partidarios o sectoriales. Sobre todo, el que tiene el sartén por el mango en dicho Órgano.

Publicado en: Hoy Bolivia; El Diario.

Salidas a la crisis boliviana


Salidas a la crisis boliviana

Paúl Antonio Coca Suárez Arana

A raíz del Informe de Auditoría Vinculante comunicado por la Organización de Estados Americanos, que recomienda, principalmente, llamar a nuevas Elecciones Generales y nuevas autoridades electorales, el Presidente Evo Morales, sin mencionar a la OEA, anunció dichos aspectos, pero dichas tareas le corresponden al Órgano Legislativo.

Esto, todavía no va a ser la solución a la crisis boliviana que se tiene y que ha cobrado vidas humanas, puesto que hay cabos pendientes, a saber: cuándo se llevarán los nuevos comicios generales y las Elecciones Subnacionales; la modalidad de convocatoria para los nuevos miembros del Órgano Electoral (no solamente del Tribunal Supremo Electoral, sino también de los nueve Tribunales Departamentales); si Evo Morales y Álvaro García Linera se presentarán o cederán sus pretensiones al amparo del art. 168 de la CPE; y, sobre todo, qué ocurrirá el 22 de enero de 2020, fecha de expiración de cargos de los Órganos Ejecutivo y Legislativo ya que la CPE no establece la figura de prórroga para ellos, bajo ningún pretexto y/o argumento.


Tanto las Elecciones Generales de 1985 y 2005, han sido convocadas para colocar "paños fríos" a los conflictos generalizados, pero no pueden tomarse a los nuevos comicios convocados como la salida definitiva a la crisis boliviana, sino un camino para ello.

Para empezar, tiene que existir un Órgano Electoral realmente imparcial y ajeno a los intereses políticos, sometido únicamente a la Constitución y a las leyes, y no a otro Órgano del Estado y, mucho menos, a un partido político; tiene que sanearse el Padrón Electoral y, en síntesis, volver a generar confianza en la ciudadanía, tal como lo hizo la Corte Electoral de Notables.

El Gobierno elegido en las urnas, será de transición y esto debe quedar claro; hay demandas de sectores a atender y, principalmente, tratar de sanar las heridas en Bolivia que están abiertas. Deben buscarse soluciones que no sean políticas y/o coyunturales, sino estructurales y, para esto, se requiere tiempo, que es lo que menos contamos.

En materia jurídica, existe el principio de retrotraer las cosas hasta el vicio más antiguo. Este vicio no es otro que el año 2006, cuando había una Asamblea Constituyente. En ella, se debió solucionar los conflictos históricos de Bolivia, no posponerlos ni imponer las ideas de unos sobre otros. La muerte de la Asamblea estaba anunciada, mucho más cuando el Congreso Nacional, ilegalmente, modificó y avaló la actual Constitución que tenemos en vigencia.

El grado de acuerdo político y social está reflejado en la CPE; si bien esta no es una varita mágica para solucionar los problemas de un país, refleja el acuerdo nacional al que se ha llegado, no solamente en el texto escrito, sino en el cómo llegamos a realizarlo. En ese sentido, vamos a tener que convocar a un nuevo proceso constituyente que derive en un nuevo pacto social, en donde exista reencuentro entre bolivianos. Por supuesto que esto no será de manera inmediata, sino a mediano plazo y cuando los ánimos no estén caldeados, para no tener un proceso constituyente a la fuerza.

Publicado en: El Deber; Hoy Bolivia; La Patria;



¡Esa elección de 2002!

Paúl Antonio Coca Suárez Arana

Las Elecciones Generales del 30 de junio de 2002 fueron, sin lugar a dudas, las mejores que tuvo Bolivia en lo que va del Siglo XXI, por las razones que detallaremos.


Porque fueron las últimas donde realmente hubo debates políticos e ideológicos en todo aspecto, desde el cambio del modelo neoliberal, pasando por la Asamblea Constituyente y, sobre todo, el cómo solucionar los grandes temas nacionales: narcotráfico, corrupción, falta de empleo y recursos naturales.

En esos debates, estuvieron presentes todos los candidatos; cómo olvidar que Evo Morales (MAS) fue ovacionado en Santa Cruz en el evento convocado por los empresarios cuando justificaba los bloqueos de carreteras, o la sutileza de Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR) frente a Manfred Reyes Villa (NFR) cuándo éste decía ser el “cambio positivo” y aquél respondió: “el país necesita un Presidente, no un Alcalde”.

Porque el pueblo no confió en las encuestas, sino en su propio voto: El que debía jurar a la Presidencia, culminó tercero; el segundo fue primero, y quien ni siquiera aparecía en las mismas en principio, fue segundo. De hecho, se tuvo que esperar hasta lo último del conteo para saber quién ganó.

El voto siempre estará dividido entre fuerzas conservadoras (MNR, ADN, MIR, UCS), y las que buscaban el cambio de sistema (MAS, NFR, MIP, LJ), mostrando que mientras muchos quieren cambiar de modelo, otros preferirán el statu quo existente.

2002 nos demostró que no es obligatorio “votar en línea”, sino que las personas pueden apoyar a un candidato presidencial de determinado partido y, en la parte de abajo, al que consideren mejor candidatura uninominal para representar los intereses de la circunscripción, aún sea de un partido diferente al candidato presidencial que se apoye. Para muestra, basta un botón: la C-50 de Santa Cruz (actualmente C-51), dio masivo apoyo a Sánchez de Lozada, mientras que, para diputado, el voto fue para Jerjes Justiniano Talavera y Daniel Valverde Aparicio, dupla del Partido Socialista (PS).

Porque la bolivianidad pesó por encima de las amenazas extranjeras. El resultado de 2002 fue el fiel reflejo de la rebeldía nacional, de no ir a votar “con el rabo entre las piernas” cuando Manuel Rocha, Embajador de Estados Unidos en el país, amenazó con cortar la ayuda internacional si se apoyaba a cierto candidato.

Finalmente, porque las Elecciones de 2002 fueron fiesta democrática en las calles, con alegría en los militantes que apoyaban a las once candidaturas; se tenía una Corte Nacional Electoral que gozaba de credibilidad y, sobre todo, porque el pueblo así quiso que sea el proceso electoral pese a la situación económica y social que se atravesaba.

Publicado en: Hoy Bolivia; El Deber; La Patria.

Nacionalidades en elecciones

Nacionalidades en elecciones

Paúl Antonio Coca Suárez Arana

Sigue siendo tema de debate algunas postulaciones para las elecciones de octubre, como la de Chi Hyun Chung, presidenciable por Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Luis Héctor Cristaldo, uninominal del Movimiento al Socialismo (MAS) por la C-45 de Santa Cruz, debido a la nacionalidad de origen, ya que el primero es surcoreano, y el otro paraguayo. Previo a ello, la nacionalidad chilena de Adriana Salvatierra fue motivo de críticas.

Salvo casos excepcionales de los venezolanos Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, era impensado tener la posibilidad de que personas con nacionalidad de origen fuera de la boliviana, puedan pugnar, en nuestro país, por cargos públicos y ocuparlos de obtener el respaldo popular.

Son las Constituciones Políticas las que establecen las normas generales de quiénes pueden ser mandatarios o, en su defecto, hasta qué cargo público electivo puede ocupar un no nacido en el país, sea extranjero y/o naturalizado. Por ejemplo, Estados Unidos, en su CPE, estipula que el gobernante debe ser un ciudadano nacido en el país y que viva en el territorio por lo menos catorce años (Sección 1). Dicho de otra manera, existe la prohibición expresa que “ninguna persona que no sea ciudadano por nacimiento o que haya sido ciudadano de los Estados Unidos al tiempo de adoptarse esta Constitución, será elegible para el cargo de Presidente…”.

La CPE de Bolivia de 1967 (vigente hasta 2009) regulaba la adquisición de la nacionalidad boliviana (art. 36) para los nacidos en el territorio patrio (ius soli o derecho de suelo), para los nacidos en el extranjero de padre o madre bolivianos (ius sanguni o derecho de sangre) y, ambos, eran nacionales de origen, existiendo clara diferenciación con los extranjeros (art. 37) que podían ser bolivianos por naturalización, cumpliendo varios requisitos legales, y con las limitantes establecidas en las normas jurídicas. Sin embargo, la nacionalidad boliviana se perdía por adquirir la extranjera; para recobrarla, debía domiciliarse en Bolivia, exceptuando a quienes se acogían al régimen de nacionalidad plural en virtud de convenios existentes (art. 39).

Con la CPE de 2009 (hoy vigente), se equiparó al nacional con el extranjero ya que “la nacionalidad boliviana se adquiere por nacimiento o por naturalización” (art. 141), teniendo mayor permisividad para que los extranjeros que estén naturalizados puedan postularse y ocupar cargos públicos que con la anterior Ley Fundamental.


Asimismo, hay un doble efecto legal ya que el nacional que contraiga matrimonio con extranjero, no perderán su nacionalidad de origen y viceversa; además, la nacionalidad boliviana no se pierde por adquirir ciudadanía extranjera, indica el art. 143 de la CPE.


Las circunscripciones electorales

Las circunscripciones electorales

Paúl Antonio Coca Suárez Arana

Si hay algo en que los partidos deben pensar muy bien en el momento de inscribir candidaturas, es en tener a sus mejores cuadros en las 70 circunscripciones electorales de Bolivia, de las cuales 63 son circunscripciones uninominales y siete Circunscripciones Especiales Indígenas Originarias Campesinas.

Las circunscripciones fueron incorporadas para las Elecciones Generales 1997 y han generado interesantes experiencias: En ese año, partidos “chicos” como Movimiento Bolivia Libre (MBL) e Izquierda Unida (IU) tuvieron bancadas parlamentarias compuestas exclusivamente por uninominales, cinco en el primer caso; cuatro para el segundo, entre ellos Evo Morales Ayma que, por esta vía, ingresó dos veces al Parlamento (1997 y 2002, por la entonces C-27 del área rural de Cochabamba).


Entre 1997 y 2002, hubo casos notables de “voto cruzado”, es decir, de quienes votaban en la franja superior por un binomio diferente al partido del uninominal, como el adenista Hugo Banzer (como Presidente) y Juan Del Granado (MBL) para diputado por la C-10 de La Paz; Banzer “arriba” y el mirista Guido “Chelelo” Áñez por la C-52 de Santa Cruz, ambos en 1997; cinco años después, fue notable la victoria del socialista Jerjes Justiniano Talavera en la cruceña C-50, mientras que, en la misma zona, el votante apoyó a Gonzalo Sánchez de Lozada para Presidente.

Actualmente, las 70 circunscripciones representan el 42% de la Asamblea Legislativa (es decir, más de 1/3); si, hipotéticamente hablando, un solo partido las ganase todas, tendría la “sartén por el mango”.

Sin embargo, hay asimetrías que se debe tomar en cuenta. Si bien las circunscripciones fueron redistribuidas para 2014 con criterio poblacional, las capitalinas son las más complicadas de obtener por la enorme cantidad de votos requeridos para el triunfo; por ejemplo, mientras que en uninominales urbanas de La Paz, El Alto, Cochabamba Santa Cruz de la Sierra se requiere un aproximado de 50.000 sufragios para la victoria, disminuye la cantidad de votos para el área rural, y más aún para las Circunscripciones Especiales Indígenas. Por ejemplo, un candidato que obtenga 35.000 votos en alguna circunscripción urbana de las ciudades ya mencionadas, será insuficiente para ganarla, mientras que con mil votos se obtiene la Circunscripción Especial de Pando, que se encuentra en el área rural.

Las ciudades capitales e intermedias, por el peso poblacional que tienen, están en condiciones votacionales de elegir al Presidente y Vicepresidente; sin embargo, las áreas rurales determinan importante cuota de diputados, ya que existen 34 uninominales en ellas y si sumamos las siete Circunscripciones Especiales Indígenas, hacen un total de 41 diputados, cifra cercana al tercio del Legislativo.